viernes, 1 de febrero de 2008

El píxel como icono

Diario de Sevilla - 1.02.2008 - Cultura y Ocio - pág.:53-
El píxel como icono


J. B. Díaz-Urmeneta


Las indagaciones del arte óptico se transformaron al surgir la cibernética. El año decisivo fue 1968: en Londres y a iniciativa del pensador y poeta alemán Max Bense, se celebra Cybernetic Serendipity, una exposición que mostraba algunas posibilidades del ordenador en el terreno del arte. Entre ellas, la reducción de imágenes a píxeles que potenciaba la indagación perceptiva de los artistas ópticos. Algunos, como Vera Molnar, adoptarán en adelante el ordenador como medio de trabajo.Pero la imagen pixelada pronto adquiere valor propio: como icono, posee valores expresivos y significativos; como objeto abre vías de investigación al pintor. En ambas direcciones trabaja Diego P. Galindo (Sevilla, 1978). Hace algunos años, pintó una serie de grandes rostros. La escala y el primer plano les daban notoria presencia pero, al estar pixelados, se convertían en no-rostros, presencias anónimas. Parecida impresión causa en esta muestra el lienzo titulado D 2, mientras que en otros, como D 7, prima sobre todo la expresión. Sus trabajos muestran además un fuerte esfuerzo analítico: amplía la gama de grises, con sutiles apoyos de color, matizando la luminosidad del cuadro, o investiga las formas empleando el ordenador y diversas técnicas de estampación. La obra de Galindo, correcta y sugerente, tiene un valor añadido: indicar que el arte puede relacionarse con la tecnología, si mantiene una voluntad de creación que deja atrás absurdas reservas y evita rendiciones incondicionales.